Un clavo saca otro clavo.

Solo un carpintero mediocre lo haría o un estúpido.

- es una metáfora - ah!

Es esa madera de roble impecable e implacable bien pulida y barnizada que es exquisita. No quiere ni puede usarse un clavo ordinario no porque sea prejuiciosa sino por no da.

- Pero ponele que al roble le busques (y encuentres) con ansias un martillo y clavos.

De hecho varias veces me pasó, lo curioso (mmm) es que pareciera que la madera se encariña demasiado con cada clavo. Porque cuando quiero sacárselos los agarra con fuerza, se aferra tanto como si los tuviera soldado. Una vez llegué a pensar que se había enamorado 
- acostumbrado quizás.
Puede ser porque estuvo sujeto a cada uno por mucho tiempo.
- nunca cicatrizó.
- seguramente porque no quiso hacerlo.
Lo dudo porque varias veces lo rellené de aserrín, pero se nota.
- y por eso, porque vos querés que se note.
No , te juro que no. Que hago lo posible por buscar un tornillo pero no es posible porque los cuadros se clavan, no se atornillan.
- pasiones.