22.10.09


Sirena.
 No sé dónde pararme, a cada paso siento el crujir. Las mariposas que pisé dejaron sus alas en mi suela y eso me persigue.
 Si llegué hasta vos no fue por voluntad propia, cuando tocaste me pensaste. 
 De chica siempre practiqué mi voz. Los hombres no fueron objetivos sino consecuencia.
 Bruja de mar con el torso desnudo, fábulas de minotauros y cabras. Solo cumplo con mi deber, el me pertenece y no puede verlos azotarlo y destriparlo cada vez que tienen hambre. Porque sus panzas están obesas cuando vienen robar mis hijos, es la codicia.
Traen velas, mi tío las sopla pero contrario de apagarlas las enarbolas y embaraza. Sus barrigas simulan a la de los barbudos matones.
 Solo tienen que beber.