8.11.10

Vuelo épico.
En más de una ocasión me hice sueños, proyecté ideas y fantasías.
Una costumbre crear conversaciones inexistentes, inalcanzables. Inalcanzables por una cuestión latitudinal, temporal si se quiere también.
Pero desconfío de una persona que dice jamás idealizó. Su justificación es que es innecesario. El dolor es innecesario pero ya ves como se venden los desinflamantes.
Es imposible desvincular las sensaciones de las imágenes, ellas la gestan. Una muestra clara es la música que al escucharla uno trae a la memoria determinados momentos. Tanto es asi que cada canción es exclusiva de un suceso.
Es como si dentro de tu cabeza hubiera un cajón con expedientes que representan recuerdos y en la solapa se los titula. Uno recuerda vagamente el hecho, pero hace falta que un disparador como en este caso la música desate los detalles.
El martes pasado estaba recostado mirando hacia la pared mientras hacía la rutina de mi casa hasta el gimnasio. Qué canción me iba a acompañar hasta allá, qué iba a hacer primero, incluso creaba 2 variables para un hecho.
Uno de esos pensamientos me llevaron a, por lo menos, 40 años más o quizás más. Ahora que lo pienso otra vez,  olvidé mirarme al espejo para ver si aun tenía pelo o si el desorden genético hizo estragos, olvidé mirar cómo era mi casa, en qué lugar estaba y si aun seguía en contacto con Rodri.
En lugar de eso me puse a ver qué tal cumpliría mi rol de abuelo y por primera vez la imaginación no encontró material alguno. Fue como si los comandos que le daba a mi cerebro para que realizara la operación fueran erróneos. "quizás quiso decir..." fue la única respuesta que obtuve.
Entonces noté que nunca tuve un abuelo, para cuando nací ya no estaban. Y los que estaban se fueron siendo tan chico que no tengo recuerdo alguno más que la ayuda fotográfica.
Padre por bastante tiempo creí que jamás lo sería, me creo muy egoísta para serlo. Sin embargo con el pasar vi que por alguna razón la madurez se lleva la niñez, da forma a las ideas y fortalece los vínculos heredados. Será que como tuve padres sé lo que se tiene que hacer para cumplir con ese deber.
No importa si fueron malos o buenos. De todos modos se puede sacar provecho, de sus errores sé que cosas no debo hacer y los aciertos trataré de imitar.
Pero algo que no puedo hacer es ser abuelo, jamás los tuve entonces no sé cómo actuar. Por si fuera poco leí los requisitos y no llego a cumplirlos.
La edad voy bien, con la estatura supongo que voy bien, la foto 4x4 la tengo pero no cumplo con la cualidad de geronte.
No tengo ninguna gracia, de hecho me da vergüenza hacer morisquetas. No sé tocar ningún instrumento como armónica o la guitarra.
Mi memoria es frágil, el olvido es algo de lo que siempre voy a recordar. Por lo que no voy a poder contar ningún tipo de historias.
Hace días que este pensamiento merodea pero no pude llegar a ninguna conclusión. Será que seré un abuelo terrible o que no seré abuelo... o como la tradición lo indica me iré antes, como siempre, sin saludar.