3.12.11

Fuegos de San Antonio.
No sé si habrá sido el verano, desesperación o vaya uno a saber pero se capitalizaron las deformaciones, el cuerpo pidió una reforma inmediata.
Fue asi que la fuerzas encargadas de mantener el orden monológico cedieron ante la represión de los protestantes que exigían mayor atención y flexibilidad horaria.
El primer ataque fue el miércoles y el objetivo eran los cimientos, una entrepierna deliciosa. La emboscada era  estratégica y tenía un camino mapeado.
En la otra arista las fuerzas de inteligencia detectaron el moviento sísmico y pincharon una comunicación telefónica. Tenían que impedir la unión de ese lazo, caso contrario quedarían rodeados, aislados e indefensos.
"Ellos tienen las armas pero nosotros los números" frase de titular.
Para evitar el avanze el orden minó todas las rutas que descifraron de la rebelión. La diplomacia era inútil a esta altura.
Mientras cada bando tenía provisiones y municiones una tregua era impensable, los civiles?. Se cura repoblando. 2 semanas de agite.
La tierra ahora la ves y lo que era pasto ahora son cráteres de tierra seca, como la piel de un pez, y quebrada por el sol.
En el diurnismo los sindicalistas parecían tomar la posta pero les faltaba avanzar el búnker. Si lo tomaban el enlace se daba como efecto colateral. Era tanto el agotamiento y las bajas que por la noche el descanso era inminente. Solo podían trabajar con la alimentación solar.
Durante el ocaso el equipo de inteligencia se activaba y repavimentaban al mando del general Zóster.
Se firmó un día 14 en la ciudad de Biss el pacto de no agresión.
El que inventó la piel es un pelotudo.