3.12.11

Culebras y latitudes.
Es monótona, unicorde. Crece a cada bocado, oí que decían una vez que era la única no podía medírsele por su extensa longitud . El día que se mordiera la cola iba a sucumbir.
Su reproducción era asexual. Tenía unos ojos con agua dentro que si se los rascaba en su lugar y alrededor se plantaban otros.
Escuché decir que era de la misma especie que usó la griega de gorra. Otros me contaron que aparecía únicamente como una advertencia a los que la fecundaron alguna vez y por más que pasen años ella quedaba latente.
Dicen que nació en la noche y que la mató la voracidad, solo podía alimentarse de si misma. El día que el sol se levantó con el despegó el hombre de las piedras y hasta ahí no pasó nada. Pero cuando ese que les dió la vida se fue con otra los dejó desarropados y las hojas cubrían pero no abrigaban.
Tenía la capacidad de regenerarse pero con su alimentación, no con la de los demás. Querían desollarla aunque mientras esté con vida no exisitía material capaz de desgarrarla. Se cagaron de frio y muchos murieron.
Pedían cobijo pero no podés pedir al señor con rezos. No les dió ropa pero sí les proveyó la capacidad de razonar. La respuesta llegó con la venida de la primavera.
Si algo es impenetrable como el chaco solo puede ser destrozado con algo de semejante envergadura. Y qué más duro que ella que ella misma.
La alimentaron tanto que cubrió la circunferencia de toda la ciudad, se vió y no pudo resistir la tentación. Se libraron del mal.
El que inventó el sol es un estúpido.