Pensamiento.
Dios no es una entidad física ni un omnipresente, ni un ser superior del Olimpo.
 Es un instrumento tácitamente etéreo.
Y cuando razonamos, pensamos, creamos estamos usándolo.
 Es como si se encontrara en el espacio de tal forma que puede imaginarse una góndola de supermercado. A diferencia que es más fiel a un autoservicio debido a que somos nosotros los que buscamos, elegimos y utilizamos convenientemente dependiendo la situación. Como cortejándola
 Va pasando como una caja registradora, o como patitos de feria.
Vamos tomando un pedacito de Dios; hacemos uso de el, lo probamos, degustamos y dejamos en su lugar. No porque su sabor es desagradable sino porque saciamos nuestra duda, acción.
Vaciamos el contenido del instrumento.y lo devolvemos sin darnos cuenta, casi involutariamente, al concluir ese pensamiento o al pasar a utilizar otra herramienta.
  Se puede decir entonces que por un instante somos dioses.