15.5.11

Puente de las luces duras.
Sistematizaciones y una caja. El objetivo es alcanzarte, la porción de torta que deshidrata mi paciencia.
Tengo que caminar, entre torretas y huecos, pero es imprescindible hacerlo según el protocolo o la salida tan solo va a ser eso, una entrada.
 Son los uniformados con tacos metálicos, todos ellos homogéneos y armónicos. Colisionan los fines, nos une la paga. Ambos somos sicarios (de alguna forma).
 Ayer te vi en los lácteos, pasó el tipo de los panes y cereales y me rozó. Su duda hizo que todavía esté viéndote. Ahora somos juzgados, y el martillo rojo dice que limaste chapa. Pensé en escaparnos como aquel postre pero con mejor suerte. Terminamos en salsas.
 Sed, sed, sed. La arena haciendo la vertical y cada vez creo fervientemente que esa torta en efecto es ficticia.
Su voz es intimidantemente atractiva me da instrucciones (¿instrucciones?) para jugar con ella al juego que ella inventó.
 La malo es que insistís con invitarme una porción pero nunca me decís que abra la ventana, peor aun no veo cortinas. Además este aire definitivamente ya lo respiré. ¿Será que jamás voy a respirar aire nuevo y esta es la condena por dejarte dormida?. Fue sin querer que te desperté, pero lo estás.
Es el ingenio el único que puede contarme la verdad, lo vi detrás del vidrio pero no llegué a entenderle. Me habló de una caja, que la cuide y de las sensaciones revueltas.
Ya tengo sueño, la arena sigue cayendo y las luces persisten. Tengo que juntar coraje y atravezar el puente de las luces duras.